Capitulo 2: No me gusta tu cara, Pero me gustas tú

Me senté en el sofá frente a la mujer, que también se sorprendió al verme, aunque disimuló su incomodidad bebiendo su té con aparente tranquilidad. Al quedar uno frente al otro, no dijimos nada. Un silencio incómodo se extendió por todo el cuarto. Ella iba acompañada de una dama de compañía, que fue quien rompió el hielo y comenzó la conversación.
—Se ve muy bien, joven príncipe, el día de hoy. Pero, sinceramente, los rumores sobre su belleza no le hacen justicia.
Le agradecí amablemente y le pregunté su nombre.
—Oh, ya se lo había dicho el día de ayer, joven príncipe. Pero claro, usted debe estar muy ocupado como para recordar el nombre de todos sus invitados —dijo con sarcasmo. No recordar el nombre con quien hablabas era, en sí, una forma de desprecio, aunque no fue mi intención.
—Disculpe, no es que no sepa el nombre de la señorita. Solo que, siendo usted amiga de mi prometida, quisiera dirigirme a usted de la manera más respetuosa. Además, ayer no me comporté debidamente, así que le ruego me disculpe mi indulgencia.
Le sonreí ligeramente, y vi cómo su expresión pasaba del enojo a la calma, hasta que un leve rubor le subió al rostro.
—No se preocupe. Mi nombre es Carol, mucho gusto.
—Mucho gusto, señorita. Soy el príncipe Yuan.
Quedó un silencio, esperando que la otra chica se presentara, pero no dijo nada.
—Discúlpela, seguro está un poco avergonzada —dijo la dama de compañía, nerviosa.
—Claro, no se preocupe. Además, es probable que esté molesta por mi comportamiento impropio de ayer. Por eso he traído un pequeño presente para la señorita, en señal de disculpas.
Le pedí a mi sirvienta que acercara la caja. Me la entregó, la abrí lentamente y la puse sobre la mesa. Las dos señoritas abrieron mucho los ojos.
—Es un pequeño detalle para que nuestra relación crezca… y una demostración de afecto hacia mi prometida, aunque sea algo modesto, como estos zarcillos.
La dama de compañía sonrió, complacida y emocionada. Pero mi prometida solo miró la caja, y luego a mí, varias veces, sorprendida. No dijo nada.
Al no poder obtener ninguna información clara, decidí ser más directo y avanzar por otro camino. No era muy bueno en lo que llaman “el juego de las apariencias”, pero entendía la idea general, porque en mi trabajo como escritor tenía que tratar con productores, fans, directores, artistas y más.
—Señorita, ¿no le gustaría conocer el castillo? Seguro se aburre con nuestra conversación. Mandaré a mi criada para que le muestre los mejores lugares de este.
Dije esto de forma amable. Lo que en realidad quería era estar a solas con mi prometida. Carol miró a la joven, buscando su aprobación. Ella asintió levemente con la cabeza.
Poco después, mi criada y la señorita se retiraron del cuarto. Al no escucharlas más, descarté el tono formal y hablé directamente con ella.
—Mira, no sé quién seas, pero si queremos salir de aquí, debemos trabajar juntos. Así que intentemos cooperar. Empezaré por presentarme: en esta novela me llamo Yuan, hijo del rey, como puedes ver. Pero mi verdadero nombre es Urano, y antes me dedicaba a escribir. Listo, ya di el primer paso… te toca.
Ella no respondió al momento. Mordió ligeramente su labio inferior, y luego habló.
—Sí te conozco… trabajaba contigo. Me llamo Suzy. Nos llegamos a ver varias veces en reuniones de la empresa. Teníamos el mismo manager. Yo era ilustradora. Bueno, mangaka.
—¡Oh! Sí te recuerdo… eras la chica del centro de mesa.
—Vamos, eso fue hace mucho. Déjalo ir —respondió con molestia, aunque su sonrisa, algo conflictuada, delataba que estaba feliz de encontrar a alguien conocido. Como si se hubiera quitado un gran peso de encima.
—Hablemos. ¿Sabes qué demonios es esto? ¿O cómo salimos de aquí? —preguntó Urano, ya más cansado que sorprendido.
—Primero: me llamo Evlin. Segundo: es la primera vez también para mí. Pero yo llegué hace dos semanas… y descubrí algunas cosas interesantes. Lo primero es que, al llegar a este mundo, tenemos todas las habilidades del personaje anterior.
—Me había dado cuenta de eso… se activó la opción “Traducción Automática” y mis palabras cambiaban por completo.
—Exactamente. La razón por la que no hablaba era porque, cuando se activa, mis frases se vuelven como las del personaje: totalmente sarcásticas e irreflexivas. Hasta una vez, molesta por esa “traducción”, terminé lanzándole un jarrón a una criada.
Urano, al verla contar eso como si fuese una escena de comedia, no pudo evitar reírse suavemente. Le pareció tierno cómo lo explicaba con tanta emoción y detalle.
—¿Conoces la historia? —preguntó Urano, golpeando fuertemente la mesa y casi gritando. Al ver que Evelin se asustó, se calmó un momento y se sentó.
—Sí, me costó un poco al principio, pero tenía una idea. Cuando te vi ayer, supe cuál era. Este es un manga bastante popular de hace unos años —respondió Evelin con voz tranquila.
Urano hizo una lista mental de la información recolectada:
La historia está basada en una que existe en la realidad.


1.-Puede haber más de una persona en una historia, aunque su tiempo de llegada no tiene que ser simultáneo.
2.-Cada uno tiene distintos objetivos, y será peligroso si estos se superponen.
3.-Nuestras habilidades se modifican según el personaje que tengamos.

Mientras Urano pensaba en silencio, Evelin giraba con su cuchara pequeña, jugando con su té mientras se sumía en sus propios pensamientos. “Qué bueno que fui yo quien lo encontró primero, ya que yo lo traje aquí”, pensó, mirando a Urano con una mirada triste. Pero luego tomó una resolución. “Yo lo cuidaré”, decidió.
Cuando Urano la sacó de sus pensamientos, le preguntó:
—¿Todo bien?
—Sí, sí, todo bien —respondió ella, apretando fuertemente las manos sobre el cojín del sofá mientras sonreía de oreja a oreja, aunque Urano no se dio cuenta de su nerviosismo.
—Mi objetivo principal del sistema es obtener el bastón de la reencarnación del protagonista antes de que inicie la revolución secundaria. El segundo es casarme con el tercer hijo del reino —dijo Evelin, nerviosa, temerosa de que los objetivos de ambos se superpusieran, como ocurrió la primera vez que llegaron.
—Puedo ayudarte con uno, aunque… —Urano dudó, nervioso, al ver a la chica hermosa frente a él—. No, no pasa nada, hablaré con el rey para eso. Además, estaban muy emocionados por ello.
Evelin también se sonrojó al ver la duda de Urano, pero se apresuró a aclarar:
—Pero esto es algo temporal, así que no te creas. No me gustan los menores. —Al igual que Urano, ella tenía 25 años en su vida anterior, y aunque él era atractivo, parecía que apenas había alcanzado la mayoría de edad.
Urano, al notar la burla, le devolvió una sonrisa, sabiendo que era mayor que ella, así que debía tener más respeto. Fue como una pelea de perros y gatos, hasta que ambos se cansaron.
—Ya basta —dijo Urano, agotado—. Tú conoces el manga, ¿cómo procedemos con esto?
Evelin pensó un rato y trazó un plan de acción para el siguiente mes, con los sucesos más importantes de la historia que debían hacer. Cuando Urano vio el plan, se sorprendió, luego se alegró y una sonrisa maliciosa apareció en su rostro.
—Me gusta cómo piensas, señorita.
Evelin también sonrió maliciosamente, devolviéndole la sonrisa.
—Todo autor debe ser bueno creando drama, ¿no?
Y frente a ellos quedó un papel con un título que decía:
“El héroe y el palo.”
Muy lejos de allí, un hombre joven se reunía con sus generales para planear un golpe de estado y obtener la corona. De repente, sintió un escalofrío. Su comandante le preguntó:
—¿Se encuentra bien?
—Claro, solo sentí un pequeño escalofrío —respondió él, sin dejar de trabajar, aunque la incomodidad persistió, como si alguien estuviera hablando mal de él.

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